La ansiedad es un sistema de alerta ante situaciones comprometidas, un estado emocional normal. Un cierto grado de ansiedad es adecuado para movilizar al organismo, mantenerlo alerta y dispuesto a intervenir frente a riesgos y amenazas. Por tanto, como mecanismo adaptativo es funcional y no supone ningún problema.

Sin embargo, cuando sobrepasa la capacidad adaptativa de la persona provoca malestar y se convierte en patológica.

Se baraja que la ansiedad en el autismo es crónica y siempre se da. Por lo que es indispensable conocer sus causas, los factores desencadenantes y cómo favorecer la regulación emocional.

Entre sus causas encontramos:

  1. Problemas para manejar y comprender situaciones sociales.
  2. Dificultades en la comunicación.
  3. Déficit de procesamiento sensorial (hiper o hiposensibilidad).
  4. Necesidad de invarianza.
  5. Dificultad para comprender, aceptar y afrontar emociones propias.
  6. Niveles altos de exigencia y autoexigencia.
  7. Problemas en el proceso de toma de decisiones.
  8. Estrategias de manejo emocional reducidas junto con una tendencia a establecer asociaciones rígidas.
  9. Pobres estrategias de resolución de conflictos.

Entre los factores desencadenantes encontramos los relacionados con:

  1. Los rasgos del Trastornos del Espectro Autista. Habilidades socio-comunicativas reducidas, déficit en el procesamiento sensorial, dificultades en funciones ejecutivas y pensamiento rígido.
  2. El entorno físico. Sobrecarga estimular, cambios, interrupciones y poca anticipación.
  3. El entorno social. Rechazo y problemas de comprensión, apoyos reducidos o ineficaces y nivel de exigencia desajustado.

La regulación emocional es importante porque favorece la disposición para aprender y para implicarse socialmente. Sin embargo, la desregulación puede dar lugar a conductas disruptivas. Podemos favorecer la regulación emocional del siguiente modo:

  1. Reconociendo cuándo el niño/a está preparado/a para aprender.
  2. Ajustando la complejidad de estrategias y materiales a cada individuo y nivel de desarrollo.
  3. Prestando atención a cómo se sienten en lugar de focalizarnos en la conducta.
  4. Priorizando la autonomía en el uso de estrategias.
  5. Averiguando la causa de la desregulación.
  6. Seleccionando estrategias en función del contexto.
  7. Fomentando el desarrollo comunicativo.
  8. Previniendo la desregulación.
  9. Adaptando el entorno físico y el social mencionados anteriormente.
  10. Usando apoyos visuales.

Un ejemplo de material para regular la ansiedad lo encontramos en el blog “el sonido de la hierba al crecer”.