«Casi todo el mundo piensa que sabe qué es una emoción hasta que intenta definirla. En ese momento prácticamente nadie afirma poder entenderla» (Wenger, Jones y Jones, 1962, pg. 3).
La emoción prepara y predispone al sujeto para reaccionar ante las diversas situaciones llevando a cabo las conductas más adecuadas de manera innata y automática. Podemos definirla como un estado afectivo, una respuesta subjetiva al ambiente que tiene lugar junto con cambios fisiológicos y endocrinos.
La capacidad para interpretar emociones, expresarlas y reconocer las propias y ajenas es esencial para la adaptación al medio. Sin embargo, las personas con autismo presentan dificultades en estos aspectos, por lo que es esencial trabajarlos. Para ello, existe una gran variedad de material. En este caso, queremos compartir la herramienta EmoPLAY desarrollada por la Fundación Orange, que está dirigida a entrenar el reconocimiento de las emociones a través de las expresiones faciales.
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